viernes, 22 de marzo de 2013

HONRAR AL CUERPO


En nuestra sociedad, en donde concedemos un gran valor al conocimiento, la información, las productividad y el control, es muy fácil perder el contacto con el cuerpo, dejar de estar plenamente presentes y olvidarnos de la magia que hay en el vivir.
El cuerpo constituye nuestro yo físico y, por eso, no hemos de perder de vista su realidad y también cual es nuestra actitud actual hacia este importante aspecto de nuestro ser. Al fin y al cabo, es nuestro vehículo en la tierra, es con el que hacemos, sentimos y pensamos. Es la casa de nuestro yo espiritual, nuestro ser, alma, espíritu, conciencia, como cada cual le quiera llamar.
Es importante y valioso, dedicarle al cuerpo algún tiempo, de vez en cuando, y analizar su condición. Nuestro cuerpo es el canal a través del cual percibimos tanto lo que ocurre en nuestro interior como en el exterior. Afecta directamente a nuestros sentimientos, pensamientos y acciones.
Si le prestamos atención, nuestro cuerpo encierra mucha sabiduría. Sabe de lo que necesita, de lo que le hace bien y lo que le hace mal. Muchas veces, no queremos escucharlo, pero él sabe.
Una manera de prestar más atención al cuerpo, de escucharlo, es proporcionándonos momentos de relajación, creándolos a propósito. Sin esperar a que vengan solos, ya que si así fuera, ya nos encargaríamos de tensarnos, pre-ocupándonos, seguramente.
La relajación representa un importante aspecto de la vida, nos ofrece la oportunidad de estar presentes, sintiendo la vida, oliéndola, escuchándola, contemplándola, degustándola. Nos conecta con nuestra experiencia, tal y como se manifiesta, con lo que somos. Es una vía de conexión directa con el cuerpo y con su movimiento autorregulado, que nos permite recuperar  la energía vital y la alegría. No importa las circunstancias que nos estén tocando vivir. Creando momentos de relajación e incorporándolos a nuestra cotidianidad, facilitamos que el estado físico-emocional que nos proporciona, se expanda a otros momentos de nuestras vidas, poquito a poquito.
Un buen estado de relajación nos permite liberar tensiones acumuladas en el cuerpo, dando paso a más fluidez. Nos  permite desapegarnos de los acontecimientos cotidianos, permitiéndonos tomar cierta distancia, al menos durante un ratito. Nos conecta con nuestras sensaciones, aumentando nuestra conciencia del cuerpo. Nos conduce a desconectar de la pre- ocupación constante, anclando nuestra atención en el momento presente. Para practicarla,  es necesario que nos dediquemos un tiempo especial en el día, un espacio para cuidar de nosotr@s mism@s, en donde dejemos las preocupaciones de lado y nos podamos concentrar en respirar, relajar el cuerpo, disfrutar de las sensaciones  que la relajación nos evoca y descubrirnos siendo nosotros mismos en el momento presente.
La respiración es muy importante para una buena relajación y un buen estado físico y emocional. Dedícate un tiempo a observarla, conocerla y permite que a ratos, se haga más amplia y profunda para oxigenarte y relajarte bien.
Integrar estados de relajación en nuestro día a día, además de estimular  nuestro descanso, y ayudarnos a desarrollar una mayor resistencia  a factores estresantes externos, es una manera de honrar nuestro cuerpo, cuidando y atendiendo sus necesidades. Y sobre todo, sobre todo, un puente que nos lleva a conectar con el gozo de vivir.

Publicado en el Última Hora, el 23 de Marzo del 2013

1 comentario:

  1. En el contexto de las publicaciones de este blog, me gustaría hacer reference al libro electronico (gratis) "Como el hombre piensa, así es", escrito hace 100 años por James Allen.
    Ofrece las verdades esenciales de forma comprimida: http://i-buxshop.com/benno/WieDerMenschDenkt.pdf

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