Estos días, la APIMA del
Instituto Mº Angels Cardona de Ciutadella, organiza un debate abierto, en torno
a las ideas y cuestiones que plantea la película “La Educación Prohibida”, película documental que se propone cuestionar las lógicas
de la escolarización moderna y la forma de entender la educación, planteando la
necesidad de un nuevo paradigma educativo. Verdaderamente el debate es un
instrumento muy útil para movilizar a las personas a cuestionar, manifestar e
intercambiar opiniones y así sucedió conmigo, que desde anoche le doy vueltas a
las siguientes reflexiones:
El por qué de
un nuevo paradigma, tiene que ver con una visión crítica y constructiva, no
sólo en torno a la educación, si no también en torno al tipo de sociedad que
hemos creado y en la que vivimos hoy día. No se trata de criticar y culpar el
pasado, si no de reconocer los logros a los que nos ha conducido y también, las
lagunas que no alcanzó a resolver o lo
que no nos sirve ahora.
Dado que la
educación y los años de escuela tienen un papel fundamental en el desarrollo de
las personas y en la construcción de nuestros sistemas sociales, a la hora de
plantearnos un cambio en nuestro hacer social, hemos de poner la atención en la
educación y también en la escuela, ya que es una de las mayores fuentes de
transmisión de la cultura.
Que el cambio
social es difícil, lo es o no lo es, según como cada cual lo interprete, en
cualquier caso, el cambio sucede siempre, lo queramos o no, es parte de la
vida, es la vida misma. Así que más vale ir imaginándonos hacia donde nos
gustaría cambiar como sociedad e ir sembrando semillitas, por pequeñas que
parezcan; si no, otros soñarán por nosotros, sembrando quizás lucha de poder,
violencia y guerra.
Las palabras,
educar, vivir, amor, felicidad, etc. no tienen significados únicos y estancos;
si no que están teñidos por la psicología de los tiempos y por los valores que
las personas impregnamos en tales palabras. Así que, es normal y bueno que nos
cuestionemos hoy, ahora, nuestro ideario sobre la educación. Preguntarnos nos ayuda a
saber donde estamos y donde queremos ir. Así que:
- ¿A qué nos
referimos hoy, cuando hablamos de educar? ¿Qué es educar para nosotros? ¿Educar
es dirigir, encaminar, doctrinar. O es
guiar y dar al que aprende los medios de abrirse al mundo para sacar lo mejor de
sí mismo y saberse creador de su propia vida?
-¿Qué pretendemos conseguir cuando nos proponemos educar? ¿Queremos
perpetuar nuestros mismos hábitos y maneras? Ya que educando, transmitimos nuestros
valores y también nuestras calamidades. O, ¿queremos revisar nuestros hábitos
y maneras y aprender, si es necesario a
hacerlo mejor? Ya que educando, estamos todos educando y nos estamos educando
siempre.
- ¿Cómo educamos? ¿Facilitamos que los niños se adapten a la sociedad, ¡que mira que va a ser dura! les decimos, con
sus exigencias, su competitividad, su insatisfacción encubierta? O, ¿facilitamos
que críticamente analicen lo que les gusta, lo que no les gusta y trabajen día
a día para la mejora de nuestra sociedad, con la confianza en el potencial
humano de transformación y cambio?
Esta claro
que estas preguntas no tienen una única respuesta, que preguntarse activa la
imaginación y la creatividad y que debatir es como un catalizador para los que
reflexionamos sobre la escuela y el educar.
Como veis, en
mí se abrió un gran debate. Ojalá pase lo mismo con vosotros al compartir mis
pensamientos. Agradezco a la Educación Prohibida, a las múltiples experiencias
escolares que se atreven a crear propuestas diferentes, a iniciativas cómo el
debate de la APIMA del Mº Angels Cardona por su atrevimiento ya que sus gestos
nos movilizan a mirar más amplio, a echar a volar nuestra imaginación y a creer
que otro mundo es posible, haciendo camino, pasito a pasito.
Publicado en el Última Hora de Menorca, el 9 de febrero del 2013
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